El 14 de febrero, Día de San Valentín, es una fecha especial para celebrar el amor en todas sus formas. Este es un sentimiento complejo que se manifiesta de muchas maneras, y en esta ocasión, el Dr. Ronal Rodríguez Director de la carrera de Ingeniería Ambiental y docente de química de la Universidad Autónoma del Perú, explicará el importante papel que desempeñan la ingeniería y la ciencia en su expresión y comprensión.
La ingeniería, como fuerza creativa y resolutiva, ha dado lugar a productos que mejoran la calidad de vida en diversos aspectos. Desde dispositivos médicos innovadores hasta tecnologías que facilitan la conexión humana, la ingeniería ha demostrado ser una fuerza para el bien, inspirando amor y admiración, y promoviendo la unión entre las personas.
El enamoramiento físico, por otro lado, es un fenómeno fascinante que involucra procesos químicos. Las moléculas están en el centro de esta experiencia única y juegan un papel importante en la creación de los sentimientos y sensaciones asociados con este estado emocional tan particular.
Nuestro cerebro experimenta sustancias químicas como dopamina, feniletilamina y noradrenalina durante las primeras etapas del enamoramiento. Estos neurotransmisores se combinan para crear un cóctel químico que provoca euforia, excitación, ansiedad y una imperiosa necesidad de estar cerca de la persona amada. Es como si el cerebro estuviera inundado por una avalancha de emociones, cada una más intensa que la anterior.
Con el paso del tiempo, la intensidad de estas moléculas químicas comienza a disminuir. No obstante, esta caída no representa el fin del romance, sino más bien el comienzo de una nueva etapa. La oxitocina y la vasopresina entran en escena en este punto, creando una sensación de confianza, cercanía y apego profundo.
Aunque las moléculas químicas mencionadas son elementos esenciales en el proceso del enamoramiento, es fundamental comprender que el amor es un fenómeno complejo que abarca una amplia gama de factores, tanto físicos como psicológicos. Las experiencias compartidas, las similitudes de valores y la conexión emocional son igualmente esenciales en la ecuación del amor.
