La ética es una rama de la filosofÃa que reflexiona sobre el comportamiento de las personas en relación con los principios morales que son preponderantes en una sociedad. Como disciplina, su enfoque no está en la descripción de los hechos, sino en establecer normas sobre cómo deberÃan actuar las personas.
Según el Mg Beltrán Gómez HÃjar, docente de la MaestrÃa en Gestión Pública, «La moral es el conjunto de principios y valores que un grupo humano adopta porque considera que es útil al facilitar la convivencia y hacer más viable para el individuo la concreción de su plan de vida y bienestar.»
Si bien las normas morales pueden ser vistas como limitantes de los deseos inmediatos del individuo, la historia de la humanidad muestra que actuar bajo su guÃa contribuye mejor, en el largo plazo, a alcanzar la felicidad tanto del individuo como del conjunto humano. AsÃ, se puede decir que las normas morales sirven al interés general o del grupo.
«He aquà lo práctico de estudiar ética», explica el Mg. Gómez HÃjar, «pues al tener claro los fundamentos y las razones de la moral que rige en una sociedad, nuestras decisiones podrán tender hacia una lÃnea de acción que contribuya no solo al bienestar propio, sino de la sociedad entera.»
De esta manera, la ética debemos entenderla como un medio o instrumento para alcanzar el fin, el cual es la felicidad o bienestar duradero de cada miembro de la sociedad. El comportamiento de la persona es producto de una decisión. Toda acción se realiza sobre la base de una decisión. Durante el proceso mental de la toma de decisión intervienen elementos relacionados con la moral, como son las ideas del bien y del mal, de lo correcto e incorrecto.
El docente señala que «Toda polÃtica pública está basada en una decisión, por lo que detrás de ella hay juicios de valor relacionados con la idea del bien y del mal, de lo justo o injusto, de lo deseado y lo indeseado. Es aquà donde vemos la relación intrÃnseca entre ética y polÃtica y/o entre ética y administración pública.»
La relevancia de estudiar ética por parte de las autoridades polÃticas y de los servidores públicos es que sus decisiones repercuten en la vida de cada uno de los ciudadanos, es decir, en el proyecto de vida de millones de personas. La decisión puede ser, por ejemplo, sobre qué sector de la población o territorio se beneficiará de determinado programa o proyecto.
«Como el presupuesto público nunca es suficiente para ejecutar todas las acciones necesarias para generar bienestar,» advierte el Mg. Gómez HÃjar, «toda decisión pública implicará dejar de atender, o atender con menos intensidad que la requerida, a ciertos sectores poblacionales y territoriales, lo cual hace que siempre esté presente la siguiente pregunta ética al tomar una decisión desde el Estado: ¿por qué no debemos atenderlos a ellos por el momento y a los otros sÃ?»
El estudio de la ética en programas de pre y posgrado, especialmente en aquellos relacionados con el Estado, como la MaestrÃa en Gestión Pública de la Universidad Autónoma del Perú, resulta esencial. «Es una buena señal que la ética esté presente cada vez más en las mallas curriculares,» afirma el Mg. Gómez HÃjar, destacando la importancia de que los futuros gestores públicos comprendan el impacto de sus decisiones en el bienestar de la sociedad.