En un mundo globalizado, las crisis políticas y económicas impactan a todos, y más si se trata de un tema de salud, como lo es la COVID-19. Esta pandemia trajo severas consecuencias en el sector económico, educativo y de salud, por lo que se ha convertido en un gran reto afrontarla, sin dejar de lado las campañas de vacunación y la incorporación de medidas de bioseguridad.
En el caso peruano, en cuanto al sector económico, la pobreza monetaria terminó afectando al 30,1 % y al 25,9 % de la población durante los años 2020 y 2021, respectivamente, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática.
En el sector salud, según cifras del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, se registraron 213 551 defunciones por COVID-19. La gestión realizada con las vacunas jugó un rol importante en la reducción de los índices de mortalidad.
En el sector educación, repentinamente todo tuvo que virtualizarse, a pesar de las serias deficiencias de conectividad en el país y la baja velocidad del internet, donde los escolares y universitarios no tenían laptops o computadoras para seguir sus clases. En muchos casos seguían las clases desde el celular.
El gobierno trató de compensar ello implementando el programa “Aprendo en Casa”. En buena parte sirvió la política de gobierno digital implementada por el Estado peruano antes de la pandemia con el que se brindaron diversos servicios digitales a los ciudadanos.
En el campo de la competitividad regional, debemos anotar lo señalado por el Índice de Competitividad Regional (Incore) del 2021, publicado por el Instituto Peruano de Economía, donde establecen una relación entre el desarrollo socioeconómico y el nivel de competitividad. Señalaron que en el sector salud, Loreto, Puno y Huancavelica son las tres regiones con el índice más bajo a nivel nacional debido a menor cantidad de vacunados, anemia y desnutrición crónica, respectivamente.
En el sector educación, Tacna lidera al tener el menor índice de analfabetismo. En tanto a las regiones en desventaja, lideran Loreto, debido a infraestructura escolar y acceso a internet, Ucayali y Huánuco, debido a las altas tasas de analfabetismo. Por otro lado, en el plano económico, Huánuco, Puno y Huancavelica tienen los índices más bajos a nivel nacional.
Sin duda alguna, tomar decisiones a nivel gubernamental con un escenario de pandemia y pospandemia no es nada fácil, pero queda en la responsabilidad de los próximos mandatarios gestionar bien los recursos del Estado para remontar la situación política, económica, educativa y de salud actual, fortaleciendo el campo digital y los riesgos que ello conlleva.