Cuando se trata de establecer si el periodismo es una profesión o un oficio, es probable que la diferencia principal tenga que ver con la complejidad con la que se le concibe y enseña. Esto significa que se hace necesario reflexionar sobre los aspectos éticos y de impacto colectivo que conlleva trabajar en el campo periodístico.
En una universidad seria que forma periodistas, no es suficiente impartir y aprender técnicas para escribir bien, lo que en buena cuenta significa expresar asuntos complicados en lenguaje claro y directo. Hay que saber diferenciar entre fuentes que nos proveen la materia prima de este trabajo y poder concertar los mensajes que se dispone con los elementos de difusión disponibles.
Es esencial saber interpretar el entorno PEST (político, económico, social, tecnológico), comprender a los públicos, tener rectitud y conocimientos suficientes sobre aspectos legales para posibles afanes de manipulación. El periodista tiene que ser transparente en cuanto a posiciones ideológicas que continuamente deben ser concordadas con el tema que se aborda. Recordar que siempre hay elementos que buscan impedirnos ser objetivos en lo que se informa.
Los estudiantes de periodismo tienen que investigar por su cuenta acerca de las cuestiones que se le plantea a fin de potenciar sus conocimientos y prepararse para cuando estén desempeñándose en un medio de comunicación o en cualquiera de los diversos campos que hoy requieren de la presencia de un comunicador debidamente formado y enterado.
Los sistemas de comunicación, hoy, son diversos y hasta sofisticados. La tecnología y la innovación están allí y quien no se ha involucrado a profundidad en tales campos, pues, será menos competitivo y no podrá sobresalir. Esa tarea, aparentemente elemental de obtener, interpretar, redactar y difundir noticias a través de medios como la prensa, radio, televisión, Internet y otros más, suele encerrar complejidades que se van dilucidando a través del tiempo.
Hay que remarcar que hacer periodismo es proporcionar a las personas información veraz y oportuna que, en esencia, sirve para hacer valer sus derechos ante la sociedad. Estamos ante una profesión que exige la más depurada formación. Hay que entender que el periodismo, aparte de difundir acontecimientos de relevancia para la sociedad, es asimismo una ciencia que entrelaza recopilación, verificación, síntesis y clarificación de la información que debemos considerar siempre relevantes.
En resumidas cuentas, no debemos olvidar también que no es un camino de rosas, antes bien hay muchos baches que se le interponen, empezando por las consideraciones políticas, económicas y sociales que, según los editores, pueden contrariar las tendencias o posición empresarial del medio de difusión. No hay que olvidar que cada día emergen consideraciones comerciales que impiden una difusión real y directa de lo que acontece.
Asumimos, pues, que la universidad nos viene formando para el desempeño de una profesión, con mayúscula, pero que también muchos de sus actores lo entienden solo como un oficio o artesanía. Pero un centro superior de estudios que se precie de tal, nos enseña que periodismo es una profesión compleja, pero no por ello menos digna y que enfrenta incompatibilidades que deben ser superadas por su alta repercusión social.
